EL PROCESO DE HOMINIZACIÓN
Los gorilas, los chimpancés y los seres humanos formamos parte de un grupo de mamíferos llamado primates. Tanto esas especies como nosotros descendemos de un antepasado común.
El proceso de hominización es el conjunto de cambios que aparecieron progresivamente en las nuevas especies, desde ese antepasado común, durante un proceso evolutivo de millones de años hasta que, finalmente, nació el primer ser humano.
El proceso de hominización empezó cuando surgió en el este de África una especie de primate bípedo, es decir, que caminaba de forma permanente sobre sus extremidades inferiores. Por esta característica, a sus miembros se los considera los primeros homínidos.
Con el tiempo, variaciones sucesivas en estos antepasados dieron lugar a las diferentes especies de homínidos.
Los cambios anatómicos más importantes en el proceso de hominización fueron los siguientes:
- El bipedismo, debido a cambios en la anatomía de la pelvis y del cráneo. La posición erguida permitió a los homínidos desplazarse solo con las extremidades inferiores y usar las superiores para manipular y fabricar herramientas.
- Desarrollo del pulgar oponible, es decir, la capacidad de oponer el pulgar al resto de los dedos de la mano. Esto permitió sostener objetos con seguridad y facilitó la realización de trabajos manuales y herramientas con gran precisión.
- Progresivo crecimiento del cráneo y del cerebro y, finalmente, aparición de la frente, que se relaciona con un aumento de la inteligencia.
- Cambios en la laringe que hicieron posible el desarrollo del lenguaje.
- Disminución progresiva del tamaño de la mandíbula y los dientes y aparición del mentón.
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